Interpretar con atención el mensaje desde el púlpito

En el contexto del novenario de la Virgen de Caacupé, hemos sido testigos de homilías que han puesto énfasis en temas recurrentes cada año: corrupción, impunidad en la justicia, falta de oportunidades, abuso de poder por parte de la clase política y distribución desigual de la bonanza macroeconómica en el país.

En relación con este último punto, el aspecto económico, central en nuestra vida republicana, es necesario destacar y reconocer la estabilidad que Paraguay ha alcanzado en las últimas décadas, gracias al consenso logrado entre el sector privado y los administradores públicos. Aunque nuestros indicadores estén en orden, el crecimiento sostenido y la previsibilidad son factores que atraen inversionistas a nivel global, viendo a Paraguay como la «niña bonita» de la región. Lamentablemente, esta situación no se ha traducido en un estado de bienestar para la mayoría de la población, que aún enfrenta precariedades en sectores cruciales como salud, educación y transporte.

Por esta razón, es crucial que el nuevo gobierno tome nota de los mensajes que emanan desde el púlpito de la Villa Serrana. La Iglesia Católica, guste o no, desempeña un papel fundamental como amplificador del descontento social. Por ende, debemos prestar una atención cuidadosa a los sermones de los sacerdotes y obispos.

Unite al canal de La Tribuna en Whatsapp

Un país con oportunidades limitadas para unos pocos y con una gran porción de la población acumulando resentimiento no es sostenible. Es imperativo que las autoridades tomen en serio estos mensajes y busquen soluciones efectivas para abordar las desigualdades persistentes en áreas críticas. La estabilidad económica no debe ser un logro aislado, sino un medio para lograr un bienestar para la mayoría en la sociedad.