Nanawa, no hay mal que por bien no venga

“No hay mal que por bien no venga” es un antiguo refrán que emite un mensaje optimista ante situaciones que podrían aparentar negativas en principio, pero que finalmente podrían generar resultados favorables en el futuro. Es esto lo que ocurre en Nanawa. En un principio se vivió una tensa situación y múltiples reclamos, sin embargo a la fecha la situación va cambiando para mejor.

Unos 250 comerciantes se han inscripto en los regímenes tributarios, alentando la formalización impulsada por el gobierno. Comprar en Nanawa a precio de Clorinda ya es legal. Recordemos las manifestaciones de hace unos días, las cuales han quedado en el olvido, ya que el acogimiento a los regímenes por parte de comerciantes de la zona ha resultado en un gran avance para ellos mismos, para los clientes y para el país en general.

A partir de ahora, los comerciantes emiten facturas, por ende aportan al fisco. Los compradores consiguen el precio que fueron a buscar. Hacienda percibirá impuestos. Parecería ser un cambio que beneficia a todos. Obviamente aun hay reclamos, debido a que el modelo no permite la adquisición de gran cantidad de productos aún. De todos modos, es innegable reconocer que es un avance muy importante.

Unite al canal de La Tribuna en Whatsapp

La informalidad en el comercio es un problema que afecta al Paraguay desde hace décadas. La formalización del comercio podría ser una solución beneficiosa tanto para el gobierno como para la población desde la perspectiva de los ingresos fiscales, la eliminación del contrabando y la seguridad económica de los ciudadanos.

Uno de los aspectos más evidentes de la formalización del comercio es el aumento de los ingresos fiscales para el gobierno. La informalidad en Nanawa y otras zonas fronterizas ha resultado en una pérdida significativa de ingresos fiscales para el país, dinero que a fin de cuentas debe ser percibido por el Estado y que corresponde a todos los paraguayos. Además, el proceso permitiría a las autoridades rastrear y gravar adecuadamente las actividades comerciales, generando así ingresos adicionales que podrían ser destinados a mejorar los servicios públicos, la infraestructura y otros proyectos de desarrollo.

Establecer un marco legal y regulatorio sólido no es perjudicial para el país. Veamos el vaso medio lleno; se dificultaría la entrada de productos ilegales al país, se protegería a la industria local, se garantizaría la seguridad de los consumidores, y principalmente seguiría el beneficio para el bolsillo de muchos compatriotas que optan por las ventajas económicas de adquirir los productos.

El proceso de formalización del comercio en Nanawa beneficiará a la población en términos de acceso a productos a precios tan asequibles como siempre. El comprador contará con garantía al adquirir de manera legal. Además, se propicia un ambiente competitivo más justo, lo que se traduciría en una regulación natural de los precios.

Por otro lado, también se contribuye a la seguridad económica de la población. Los comerciantes informales enfrentan constantemente la amenaza de la precariedad, constantemente han sufrido el constante riesgo de ser desalojados o multados. Hoy, la legalidad los libera de esas cargas y tendrán la seguridad de poder operar legalmente y acceder a servicios como créditos y seguros.

Es importante considerar siempre una visión optimista ante los cambios. Muchas veces, medidas que parecen ir en contra directamente de nuestros intereses, terminan siendo beneficiosas no solo para los consumidores, sino para todo el ecosistema que se ha formado en torno a las compras en zonas fronterizas.