El ataque fatal producido esta semana por una raza bastante estigmatizada reabre el debate sobre la tenencia responsable de perros potencialmente peligrosos. Mientras la Fiscalía imputa al dueño del animal, los criadores profesionales argumentan que el problema radica en la tenencia irresponsable y no en la raza en sí. Sin embargo, los hechos demuestran que Paraguay necesita urgentemente un marco legal claro que proteja tanto a los ciudadanos como a los animales.
La muerte de Mariano Roque Alonso, suma a la lista de un precedente del 2022 donde un bebé falleció a causa de las terribles heridas causadas por un perro de la raza pitbull. La lista sigue con las denuncias, en el 2024 la fiscalía abrió 12 investigaciones por mordeduras de perros considerados peligrosos y en el ámbito de la salud se reportaron 3 casos pediátricos por mes.
Los representantes de criaderos y las asociaciones sostienen que esta raza, con genética controlada y dueños capacitados, no representan peligro, sin embargo, la crianza irresponsable sí genera riesgos para la comunidad.
Partamos además de la siguiente cadena de responsabilidad sobre los controles de licencias y permisos para la cría y comercialización de animales que reza la Ley 4840/2013. Ya que muchos propietarios adquieren como parte de una moda o símbolo de status sin entender sus necesidades.
¿Cómo sabemos quién está capacitado o no? Nuestro país posee una gran brecha regulatoria, a diferencia de otros países sudamericanos como Perú, Ecuador o Uruguay, que sí tienen leyes claras sobre razas peligrosas.
Aunque se han hecho esfuerzos legislativos y ordenanzas en municipios hasta ahora no se ha prosperado, precisamente luego del reciente incidente volvió a surgir el debate sobre la iniciativa presentada en el 2024 que fue archivada por el Senado.
Urge que desempolven el proyecto de ley y regulen la cría y comercialización de estas razas potencialmente peligrosas, que exijan licencias para propietarios con evaluación sicológica, que establezca seguros de responsabilidad civil y por supuesto que vaya acompañado de los controles tanto a criaderos clandestinos como también las ventas informales por las redes sociales.
Cada sector debe asumir su parte, la vida de los ciudadanos no puede seguir dependiendo de voluntades aisladas.