Nuestra Aduanas es ciega/sorda/muda ante el paso de toneladas de cocaina

La Dirección Nacional de Aduanas tiene mucho que aclarar sobre la nueva carga de cocaina que cayó en Alemania. No es la primera y se habla de una cantidad récord. Por la cadena de repeticiones y el volumen de la droga ya no convencen las declaraciones ambiguas del titular de dicha institución, por más legajo de cristiano que digan de él sus defensores.

Bien tituló ayer La Tribuna: Aduanas es ciega, sorda y muda ante las reiteradas cargas que salen del país y son detectadas recién en otro continente. Ni se iba a saber de esos casos si no caían en su trayecto. Es más, ni íbamos a sentirnos aludidos como país si el acusador dedo no venía sobre la responsabilidad de la Aduana paraguaya.

Señores del Gobierno, necesariamente debe sospecharse de la complicidad de la institución aduanera. No existe otra fórmula posible para que pase una extraordinaria cantidad de droga eludiendo, como si nada, todo el control aduanero. Se presume que está vez fueron 10 toneladas de cocaína. El Director de Aduanas, Julio Fernández, finalmente, luego de algún amago de chuleo, terminó diciendo que detectaron una imagen que debió ser reportada por el personal y no se hizo.

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Las preguntas que caben al respecto de sus expresiones son: ¿Quiénes son los encargados del scaner, a quiénes responden y quién es la cabeza de la institución? El tema, por darse en seguidillas de sucesos, es muy grave. ¿Cuál es la entidad o dirección que hace el monitoreo y por qué fue, de nuevo, muy laxo el control?

Con la nueva carga detectada ya se estiman que son más de 50 toneladas de cocaína las incautadas, sólo en Europa. Habría que ver cuántos ya pasaron en total por nuestras Aduanas y llegaron a destino, si presumimos que varias toneladas esquivaron los controles europeos, asiáticos y africanos. Acá hay que ver también la función de los puertos privados del Paraguay, que buena participación habrán tenido en algunas de las cocaina requisadas en las distintas terminales portuarias del mundo.

La nueva situación pone un rostro de Nación narco al Paraguay. Eso es doloroso. Ya es hora que rueden cabezas. El primero que debe dar un paso al costado, ya por una cuestión ética, es el titular de Aduanas. El negocio del narcotráfico mueve millones de dólares. El nuevo enorme golpe económico a la mafia lo dieron los europeos y con ello también se acrecentó la tremenda ineficiencia, ésto dentro de una visión ingenua, de la Aduana paraguaya, y complicidad, ya con la mirada más objetiva, de sus propias autoridades y funcionarios subalternos.