Alto nivel de cinismo para hablar de transparencia y costo de vida

José Cantero Sienra confía en que el tiempo dejará en el olvido su gestión al frente del Banco Central del Paraguay. Lo que no sabe es que se le viene la noche encima con el cambio de Gobierno y que, posiblemente, tras dejar el cargo deba responder ante la Justicia. Cree que la impunidad será su aliada; sin embargo, la decisión política de su remoción es un hecho y su paso por los pasillos judiciales dependerá de la benevolencia o no de quienes se vieron dañados por su administración.

Un gran déficit de la democracia paraguaya es la ausencia de la rendición de cuentas. Ya por algo había llegado a Asunción el coordinador de Anticorrupción Global del Departamento de Estado de EEUU, Richard Nephew. Éste dejó en claro que en Paraguay debe darse la promoción de la rendición de cuentas. Guste o no, las denuncias sobre Cantero Sienra tienen una relación directa con la corrupción.

Como hay fama en Paraguay del famoso «oparei» (Termina en la nada), el titular del BCP apostó al paso del tiempo. Por eso guardó silencio durante mucho tiempo. Nunca atendió el teléfono a La Tribuna. Ya muy presionado, pasó un mismo escrito a los medios colegas ABC y Última Hora mintiendo a través de ellos a la opinión pública. Sin embargo, dicha táctica le funcionó poco. Hoy tiene encima a la Contraloría General de la República y la presión interna de dos sindicatos del BCP.

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Su ficha en el tiempo, para dejar en el olvido las denuncias que pesan sobre él, tiene indicios en su participación, como si nada, en una conferencia bancaria realizada en Buenos Aires. Mientras aquí la opinión se irrita y se ríe de sus informes sobre el costo de vida, en Argentina fue a hablar de cómo controlar la inflación. Como se entenderá, su nivel de cinismo es muy alto.

Así como a Última Hora afirmó que nunca fue juez y parte, y ABC aseguró que no hay sanción a la empresa donde él trabajó (autoexcluyendo primero su gestión en INTERFISA), también en Argentina paseó su capacidad de bastardeo. Habló sin sonrojarse ante un auditorio internacional, como si no estuviera denunciado por ser juez y parte como titular del Banco Central del Paraguay, y sin importar que su firma haya avalado la pena a la empresa donde fue gerente general, pero antes, repetimos, se tomó el bastardeo de sacar el año de su gestión.

Así como apuesta al tiempo para el olvido, desde La Tribuna creemos que más temprano que tarde será sacado por la ventana del BCP. Así como él, igualmente su socio de la Superintendencia de Banco, Hernán Colmán, dejará su puesto. Luego del 15 de agosto, la suerte de ambos está firmada con la asunción del nuevo Ejecutivo, y en el Senado existen los números para refrendar dichas remociones. Será un acto de justicia. Ya de su ida y vuelta por el Poder Judicial depende de las personas que se vieron perjudicadas por su abuso de poder y mal uso de informaciones sensibles.