Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), alertó que el Reglamento UE Nº 1115, que clasifica a los países según riesgo ambiental, perjudica a Paraguay al ubicarlo en la categoría ‘estándar’, pese a ser uno de los menores emisores de CO₂ del mundo. La medida elevará costos y trámites para exportaciones agrícolas, un sector clave para la economía nacional.
Críticas a las exigencias operativas de la norma europea
Aunque Paraguay emite solo 1,3 toneladas de CO₂ per cápita (frente a las 6,2 de Europa). En cambio, potencias contaminantes como China, EE. UU. e India recibieron clasificación de ‘bajo riesgo’. ‘Es injusto y carece de base científica’, denunció Cristaldo
Uno de los principales cuestionamientos del gremialista se refiere a la exigencia de segregación total de los productos exportados, lo cual considera imposible de cumplir en el caso de los granos.
Desde el punto de vista económico, el presidente de la UGP también alertó que adaptarse a la normativa costaría más que las ganancias que deja ese mercado. Paraguay exporta unos USD 150 millones en soja y derivados a la UE, pero cumplir sus exigencias costaría USD 160 millones, lo que resulta inviable dado que representa solo el 4% de las exportaciones nacionales, enfatizó.
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Riesgo comercial elevado e imprevisibilidad de la Unión Europea
Cristaldo denunció que las reglas del sistema europeo son arbitrarias y cambiantes, y que incluso contemplan sanciones desproporcionadas, como multas del 4% del total exportado en un año, recomendando a los productores paraguayos que no ingresen al sistema bajo las condiciones actuales.
El titular de la UGP cuestionó el enfoque de la Unión Europea, al considerar que impone condiciones que responden a una lógica colonial y no contemplan las realidades productivas y de sostenibilidad de países como el nuestro.
Estrategia regional y de diversificación
Presidente del gremio instó a desarrollar una estrategia comercial regional junto al sector público, para diversificar mercados y buscar condiciones más previsibles y justas.
Paraguay defiende su modelo productivo frente a exigencias ambientales consideradas inviables por parte de la Unión Europea. Argumenta que el país cumple con criterios de sostenibilidad económica, social y ambiental, y advierte sobre el riesgo de que se utilicen discursos ambientales como barrera comercial.
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