El Papa León XIV explicó las líneas de su pontificado, entre ellas, la cuestión social y la inteligencia artificial. Fue este sábado, en su discurso ante el Colegio Cardenalicio. Allí invocó el legado del Papa Francisco y el del Papa León XIII.
En su discurso, dio oficialmente la razón del nombre elegido: León XIV. «Hay varias razones, pero la principal es porque el Papa León XIII, con la histórica Encíclica Rerum novarum, afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial», dijo primeramente.
Continuó diciendo que la Iglesia debe afrontar hoy otra revolución industrial: «Hoy la Iglesia ofrece a todos, su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial, que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo», afirmó.
En este discurso, marcó las prioridades de su pontificado. Gran parte de su alocución fue profundamente religioso y de pedido de colaboración mutua entre todos los cardenales y miembros de la Iglesia.
«Ustedes, queridos cardenales, son los más estrechos colaboradores del Papa, y esto me sirve de consuelo al aceptar un yugo que claramente supera no sólo mis fuerzas, sino a las de cualquier otro. Su presencia me recuerda que el Señor, que me ha confiado esta misión, no me deja solo con la carga de esta responsabilidad», expresó León XIV.
«Ante todo, sé que cuento siempre, siempre, con su auxilio, el auxilio del Señor, y, por su gracia y providencia, con la cercanía de ustedes y de tantos hermanos y hermanas que en el mundo entero creen en Dios, aman a la Iglesia y sostienen con la oración y las buenas obras al Vicario de Cristo», agregó.
El Papa León XIV explicó las líneas: Agradecimiento
«Mi agradecimiento al Decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re — merece un aplauso, al menos uno, si no más— que, con su sabiduría, fruto de una larga vida y de muchos años de fiel servicio a la Sede Apostólica, nos ha ayudado mucho en este tiempo», manifestó.
«También agradezco al Camarlengo de la santa Iglesia romana, el cardenal Kevin Joseph Farrell —creo que está aquí presente—, por el valioso y difícil papel que ha desempeñado durante el tiempo de la Sede Vacante y la convocación del cónclave», expresó.
«Dirijo también mi pensamiento a los hermanos cardenales que, por razones de salud, no han podido estar presentes y, junto con ustedes, me uno a ellos en comunión de afecto y oración», indicó.
El Papa León XIV explicó las líneas: Confianza
«En este momento, a la vez triste y alegre, envuelto providencialmente en la luz de la Pascua, quisiera que contempláramos juntos el tránsito del recordado Santo Padre Francisco y el cónclave como un acontecimiento pascual, una etapa del largo éxodo a través del cual el Señor sigue guiándonos hacia la plenitud de la vida», dijo.
Resaltó que «en esta perspectiva, confiamos al «Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo» (2 Co 1,3) el alma del Pontífice difunto y también el futuro de la Iglesia».
Llamado al regreso al primado de Cristo
En otra parte de su discurso destacó las líneas pastorales que seguirá su pontificado. En este punto citó una encíclica del Papa Francisco.
«El Papa Francisco ha recordado y actualizado magistralmente su contenido en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, de la que me gustaría destacar algunas notas fundamentales: el regreso al primado de Cristo en el anuncio (cf. n. 11) y la conversión misionera de toda la comunidad cristiana (cf. n. 9)», manifestó.
Otra referencia a la encíclica de Francisco
Además, en este mismo apartado destacó otras líneas pastorales que ya citaba el Papa Francisco, en el mismo párrafo de la citada encíclica: «el crecimiento en la colegialidad y en sinodalidad (cf. n. 33) y la atención al sensus fidei (cf. nn. 119-120), especialmente en sus formas más propias e inclusivas, como la piedad popular (cf. 123).
Termina el párrafo citando que será su línea pastoral: «el cuidado amoroso de los débiles y descartados (cf.n. 53) y el diálogo valiente y confiado con el mundo contemporáneo en sus diferentes componentes y realidades (cf. n. 84, CONCILIO VATICANO II, Const. past. Gaudium et spes, 1-2)».