Es urgente el fair play desde la política criolla

Aún no inició su mandato el nuevo Gobierno y ya se habla de la división colorada en el Congreso. Estamos hablando del principal partido político responsable de la conducción de la Nación. En la propia misma oposición ya empiezan, los mismos de siempre, solo a vociferar con contenidos huecos, que poco aportan en pro de una calidad de vida.

Así como se requiere de un juego limpio en la política, también una meta que debe ponerse el Gobierno es la posibilidad de alentar inversiones y proyectos dentro de una alianza público privada. Es que éste Paraguay es responsabilidad de todos. Hay una obligación colectiva en ese objetivo para salir de ese círculo vicioso, donde la piedra lanzada desde la política a la cara del país es una constante, que daña a todos, con mayor perjuicio a los sectores más vulnerables y carenciados.

Además del pleno liderazgo que se espera del nuevo Gobierno, también el Congreso debe hacer su parte. No puede seguir en el tranco en el cual estuvo por años. No puede, por miopía y revanchismo político, trabar, cercenar o obstaculizar planes que posibiliten el desarrollo y el bienestar de la gran mayoría de la población.

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Será un grave daño al Paraguay que se mantenga la conducta de lo mismo de siempre. Actualmente las necesidades sobrepasan enormemente a las posibilidad de mantener el mismo ritmo de la ineficacia. Solo con el juego limpio, desarrollándose planes para conectar distritos con distritos, departamentos con departamentos y que sea realidad la interconexión interna en el Paraguay, habrá mejores días.

La nueva conducción de Gobierno y quienes estarán en el nuevo Congreso deben ser conscientes de las precarias escuelas, los destartalados centros de salud, las vetustas unidades policiales y los caídos centros de reclusión, valga la redundancia, que se caen a pedazos y precisan del auxilio, de la acción pro activa de los actores políticos. De lo contrario, hay un camino hacia la hecatombe nacional. 

Quienes estarán al frente del Estado deben saber el valor del capital privado para la generación de nuevos puestos laborales. Es que no existe una mejor manera de combatir la pobreza que creando más trabajo para las manos ociosas. El ingreso económico en cada familia es uno de los principales movilizadores de la economía y su dinamismo refleja el grado de salud de una Nación..

La realidad Nación/Guarani exige la imperiosa necesidad del «fair play» en la política nacional. El juego limpio tiene que ser una actitud entre todos los actores políticos, económicos y sociales. El «fair play» no significa renunciamiento ni concesión de ventajas. Al contrario, es una conducta que marca la transparencia en esa construcción de una sociedad, que en Paraguay aún cuesta consolidar. Es de valía iniciar el juego limpio en beneficio de la República del Paraguay. Es hora de la madurez, una cualidad que ayudará a mejores días para la mayoría.