El daño está hecho, pero todo puede ser subsanado

Sepamos entender que la propaganda es casi un sononimo de desinformación, y que la mejor receta ante el daño producido a la credibilidad es recuperar la confianza. La Tribuna no toma como agenda lo ocurrido como un intento de descrédito a algún medio de prensa en particular, sino que está preocupada por toda la industria periodística, pues si ella cae en la desconfianza difícilmente se podrá mantener el valor de la marca e impulsar ingresos por suscripciones, venta y publicidad.

Guste o no, la prensa gana y mantiene reputación gracias a la calidad y la veracidad, de la información. La propaganda vivida en el actual proceso electoral hasta puede interpretarse como información falsa y engañosa. La propaganda, para más, viene acompañada por la desinformación, incluidos los discursos de odio, todo eso con el objetivo de influir en las elecciones, en las opiniones de los líderes de opinión y el voto de la gente. 

Este Editorial fue redactado luego de volver a reparar innumerables publicaciones que dejan presumir que hasta hubo  tergiversaciones hechas deliberadamente. Así las cosas, entonces resulta lógico pensar que el propósito era la mentira al público, tal vez con fines políticos, comerciales o personales.

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Para proteger la reputación, las empresas de medios de comunicación deben asumir el perjuicio que causa la cadena de información poco fiable entendida como la propaganda que busca vestirse de información. Obviamente luego se tienen que tomar medidas para reconstruir la confianza perdida, si así fuera el caso.

Quienes pensaron en el posible exito de la propaganda camuflada de información, lo hicieron creyendo que sería más fácil aún magnificado por la repetición diaria, apoyados además por la fuerza que pueda tener todo Holding. Claro está que había también una subestimacion al público, que se habrá pensado iba a creer todo lo que lea en medios impresos y digitales, y vean y escuchaban en los visuales y orales.

Ojalá el mal momento sea solo pasajero. Confiamos que pasadas las elecciones habrá un recupero de la cordura y el periodismo volverá a tener el protagonismo sano en pro de una mejor sociedad. La prensa nunca, pero nunca, debe renunciar a la crítica pero jamás debe permitir que el espacio de la información sea tomada por la propaganda para favorecer o ir en contra se tal o cual candidato.