Estudio revela que cuanto más corrupto es el gobierno, menos puede proteger a las personas

El estudio realizado por Transparencia Internacional (TI) sobre la percepción de la corrupción en 180 países del mundo revela que este flagelo se lleva de la mano con la inseguridad. Cuánto más corrupto es un gobierno, menos puede proteger a las personas, es la conclusión que TI saca de todo su análisis del tema. En el índice, Paraguay ocupa el puesto número 28 a nivel global. Para nuestro consuelo, hay más malo que nosotros, pero no estamos bien.

Especialmente, en Sudamérica no estamos bien. En esta región, Paraguay vuelve a ubicarse en el segundo puesto, detrás de Venezuela.

A nivel global, la escala va de cero (menos corrupto) a 100 (muy baja corrupción). Si nos fijamos en el índice (imagen de arriba), observamos que Dinamarca está en el puesto 90 y Finlandia y Nueva Zelanda se ubican muy de cerca, ambos países con puntación 87. ¿Por qué ellos son mejores? El estudio de TI revela que «la solidez de las instituciones democráticas y el respeto de los derechos humanos hacen que estos países estén entre los más pacíficos del mundo».

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El estudio pone como ejemplo a tres países menos puntuados como Sudan del Sur (13), Siria (13) y Somalía (12). Estos son tres países afectados por conflictos prolongados y no varían su índice de percepción de la corrupción desde hace muchos años. Estos casos son ejemplos de que la violencia y la corrupción se llevan de la mano; y de que la paz social es muy difícil donde están enraizados estos dos flagelos.

Paraguay, en el puesto 28, no llega al nivel de los tres países mencionados precedentemente; pero vale igual aplicarlo el mismo análisis: donde hay mucha corrupción aumenta la violencia. La consecuencia es que paz social será cada vez más difícil.

El mundo es un lugar cada vez más peligroso

La TI hizo un análisis desde hace 6 años atrás y vio que todo sigue igual. Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparencia Internacional, explica que «la corrupción ha hecho que nuestro mundo sea un lugar más peligroso. Los gobiernos no han logrado de manera colectiva contrarrestar este fenómeno y, con esto, agudizan el aumento de la violencia y el conflicto que se observa en la actualidad, lo cual plantea peligros para las personas de todas partes del mundo».

«La única salida ante esta situación es que los Estados enfrenten la ardua tarea de erradicar la corrupción en todos los niveles para asegurar que los gobierno trabajen para todas las personas y no solo para una élite reducida», afirma.

El caso Bolsonaro

Entre los ejemplos que cita TI de muchas partes del mundo está el caso Bolsonaro (Brasil), que resalta. Durante el gobierno de Jair Bolsonaro hubo una combinación de corrupción, autoritarismo y desaceleración económica. Según revela TI es que el mandato de Bolsonaro «estuvo marcado por el desmantelamiento de los marcos contra la corrupción, el uso de maniobras para favorecer a aliados políticos y acumular apoyo político en la legislatura, desinformación y ataques al especio cívico». Este hecho más los ataques de los partidarios de Bolsonaro a los tres poderes del Estado dejaron mal a Brasil.

En definitiva, Transparencia Internacional instó a los gobiernos a priorizar los compromisos contra la corrupción, reforzando los mecanismos de pesos y contra pesos, reivindicando los derechos a la información y limitando la influencia privada para, finalmente, liberar al mundo de la corrupción y de la violencia que ésta trae aparejada.