Reacción tardía sobre problema de navegabilidad perjudica al comercio y a consumidores

La reacción tardía de instituciones del Estado sobre el problema de la navegabilidad por el río Paraguay perjudica al comercio y a los consumidores. Después de muchos reclamos, ahora intervienen la Administración Nacional de Navegación y puertos (ANNP) y el Ministerio de Obras Públicas o Comunicaciones. Sin embargo, el daño ya está hecho y 29 barcazas están varados en el sur de Paraguay y no pueden avanzar hacia Asunción. La consecuencia es que el flete sube de precio, lo cual se debe aplicar a las mercaderías de exportación y importación.

Las obras de dragado debieron realizarse a finales de noviembre o dentro del mes de diciembre, a más tardar. Sin embargo, no se hicieron, señaló el presidente del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos del Paraguay (Cafym), Esteban Dos Santos.

Y hablando de reacción tardía, el gobierno debe aprobar los fondos para que el dragado se realice por etapas: se debe invertir 4 millones de dólares por año, durante 5 años (20 millones de dólares en total), para que el problema sea resuelto a largo plazo, según Dos Santos. Eso abarca un período de gobierno.

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El gremialista indicó que se está trabajando ahora con el Plan Maestro de Manejo Sustentable de la Hidrovía, con el cual se busca garantizar la navegabilidad del río Paraguay. Sin embargo, agregó que nuestro país no tiene la capacidad técnica para determinar qué obras de gran envergadura se deben realizar para garantizar la navegabilidad, y que por eso la institución que dirige propuso contratar al cuerpo de ingenieros del Ejército de Estados Unidos.

Esta propuesta causó roncha en Argentina, donde algunos políticos de la Provincia del Chaco creyeron que Paraguay intenta ceder a los norteamericanos el control del río Paraguay. Después de esta reacción vino la decisión del gobierno argentino de cobrar peaje fluvial en Santa Fe a todas las embarcaciones que van desde Paraguay.

Dos Santos señaló que el hecho de que las embarcaciones queden varados en el Sur, concretamente en el paso Vuelta Queso, cerca de la ciudad de Pilar, no solamente implica gastos extras a los transportistas fluviales sino también hay sobrecosto porque se tiene que optar por llevar barcazas pequeñas para ciertas mercaderías que ya no pueden ser retenidas o las mismas barcazas deben llevar menor carga de lo habitual.

Otro punto crítico es hacia Bahía Negra, donde las grandes barcazas no pueden llegar. Para la población es una situación crítica porque la mayoría de la gente de esta ciudad utiliza el barco como medio de transporte.