A cinco meses del vencimiento del actual contrato de la quiniela, juego que representa la mayor fuente de ingresos para la Dirección de Beneficencia (Diben), la Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar) no publica el llamado a licitación. La próxima concesión, sería adjudicada a tres empresas. Esta es una nueva etapa que rige bajo la ley que elimina el monopolio en el sector.
Fuente de ingreso importante
La recaudación mensual es de G. 9.000 millones, representa la principal fuente de financiamiento de la Dirección de Beneficencia (Diben). El contrato actual con la firma TDP SA, de Álvaro Wasmosy Carrasco, vence el próximo 18 de diciembre, concesión que obtuvo por segundo período consecutivo y cuya duración es de 5 años.
El fin del monopolio
Al respecto, el presidente de la Conajzar, Carlos Liseras, indicó que difundirán pronto.
La quiniela será el primer juego licitado bajo el nuevo marco legal definido por la Ley N° 7438, reglamentada por el Decreto N° 3846, que moderniza el sistema de juegos de azar y elimina el monopolio vigente desde el año 1997. Esta reforma establece que el juego la adjudicarían a tres empresas, lo que genera alta expectativa en el sector.
Conajzar había enviado el borrador del PBC a la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), cuyo titular es Óscar Orué, para su homologación. Este trámite también es nuevo y es obligatorio para todas las licitaciones de la Conajzar, conforme a la reforma.
Un proceso clave para los ingresos sociales
El juego de la quiniela es vital para la Diben, entidad que canaliza asistencia social y sanitaria a la gente de escasos recursos, conforme reportó Liseras.
Asimismo, indicó que con la reforma legal, la Diben recibirá más recursos, pues se estima aumentar a unos G. 10.000 millones la recaudación mensual de la quiniela, unos G. 120.000 millones al año (US$ 15,3 millones, aproximadamente).
En este contexto, el funcionario aseguró que al menos cinco empresas demostraron interés en competir por la concesión, aunque más detalles se conocerán tras la formalización del llamado. Las licitaciones de la quiniela suelen estar marcadas por fuertes disputas administrativas, protestas y recursos legales, lo que históricamente ha retrasado las adjudicaciones.