Los cambios individuales se propagan

Foto: Última Hora.

Nuestra capital presenta varias falencias en su día a día. Las mismas pueden ser solucionadas con un cierto grado de formación cívica. No obstante, eso muchas veces dejamos pasar de lado y decidimos unirnos a un continuismo negativo y decadente, que nos atrasa como sociedad.

La población capitalina y de otros sitios cercanos, sostienen que existe una mayoría que no logra interpretar las medidas de acción vial. Y eso, a largo plazo, desencadena un desorden ciudadano a ser corregido. Y es así, como caemos en sostener una costumbre errada, que inicia incluso en generaciones anteriores y que lo único que nos proporciona es un retroceso, en vez de prosperar.

La solución es la educación. La inversión adecuada en este magno aspecto, traerá consigo ciudadanos consientes en sus quehaceres. Y conforme vaya pasando el tiempo se irá copiando lo bueno y dejando de lado las cosas que restan a una ciudad capital como Asunción.

Unite al canal de La Tribuna en Whatsapp

Los entrevistados del reportaje ´´ la ciudad de Asunción es de todos´´ ejemplifican por lo general, el radical cambio de actitud del paraguayo que viaja al exterior y ni bien pisamos sus tierras, nos adaptamos a sus leyes. A la hora de realizar las acciones como conductor o peatón en otros países, nos adentramos en el inconsciente colectivo acertado, que tienen estas personas a la hora de mantener un orden urbano. A causa de eso, uno puede argumentar que las buenas acciones o costumbres, se pueden asimilar.

Si bien se sabe que es un proceso a largo plazo y que el día a día puede ser tedioso, al final de cuentas, el esfuerzo por mejorar como integrante de una sociedad y como habitante de una ciudad, es lo que hará trascender a una armonía colectiva a nuestro cotidiano.

Como se ha descripto, el buen desempeño como actores viales, puede ser un acto mínimo. Pero tal como se percibe la misma acción esta llega a generar grandes bases o núcleos sólidos que se propagan y desencadenan en conclusiones acertadas a futuro.

Al fin y al cabo, si uno satisface estas ´´pequeñas exigencias´´, hará desaparecer problemas absurdos y podrá dedicarse a cosas más trascendentales durante su formación o crecimiento personal.