Estudio del PNUD sobre protección social indica que el Estado debe dar mayor cobertura

El estudio realizado por Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Paraguay concluye que el Estado paraguayo debe dar mayor apoyo para la protección social, más apoyo a los jóvenes y mejorar los mecanismos legales para obtener una jubilación digna.

El documento se encuentra en página web de la institución y destaca que el crecimiento económico no tuvo efecto multiplicador importante en el empleo en relación de dependencia. Esta es una de las tantas razones por lo que el sistema de jubilación del país es deficiente. Por un lado, se habla de mejor situación económica, pero permanece un alto nivel de informalidad en el cumplimiento del sistema laboral.

El informe lleva como título: “Políticas de protección social y laboral: Evidencias y desafíos para Paraguay”. Destaca que un sector importante de la población tiene como piso el salario mínimo, nivel que pocos trabajadores logran.

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Entonces, el PNUD sostiene que es preciso implementar mecanismos de financiamiento público que garanticen la cobertura universal del seguro social, independientemente de la adscripción al trabajo remunerado, del tipo de ocupación o del nivel de ingresos, especialmente con relación al salario mínimo.

El acceso a una jubilación está limitado actualmente a los trabajadores en relación de dependencia, aunque legalmente existen normas que habilitan la inclusión del resto de los trabajadores. Este grupo ocupacional —sector público, sector privado y trabajo doméstico— representa el 100% del total.

LOS MALOS REGISTROS

Una primera característica relevante del sistema de seguridad social en Paraguay es la evasión, tanto por la falta de inscripción como por la subdeclaración de la remuneración sobre la que se realiza el cálculo del aporte, dice el PNUD.

A pesar de que existen leyes que permiten a la mayoría de la población adulta ingresar a algún régimen de jubilación, las condiciones de acceso y permanencia no responden a la realidad del trabajo en el Paraguay, lo que finalmente determina bajas tasas de cobertura,
esto es, de afiliación, en la etapa laboral y bajas tasas de jubilación en la etapa de retiro.

La mayoría de los regímenes dirigidos a trabajadores del sector privado tienen como base imponible el salario mínimo, que tiene baja cobertura en el país. En el caso de los trabajadores por cuenta propia, el aporte recae exclusivamente sobre el trabajador.

LOS JÓVENES NO LOGRAN

Un porcentaje mínimo de la población ocupada gana el salario mínimo, pero además no lo percibe durante toda la trayectoria laboral. La juventud, en promedio, no logra llegar a este nivel de remuneración casi hasta la adultez.

En Paraguay solo el 23,4% de la población ocupada (3.217.083) aporta a alguna caja de jubilación. Tomando en cuenta al sector público, 8 de cada 10 personas dependientes son cotizantes, mientras que 4 de 10 trabajadores dependientes del sector privado es aportante.

Se menciona que el promedio mensual de los ingresos laborales de un hogar situado en el 20% más pobre alcanza G. 1.420.000 y el 20% siguiente tiene un promedio mensual de ingresos laborales de G. 2.263.000 (según datos del INE, 2022). Es decir, que casi el 40% de los hogares no logran garantizar ingresos ubicados dentro del salario mínimo, que les permitan cotizar a alguna caja de jubilación.

Según el PNUD, el marco legal fragmentado, aprobado de manera específica para colectivos laborales diferenciados, no permite la continuidad de la afiliación cuando las trayectorias laborales son dinámicas o discontinuas. La movilidad entre la inactividad, el desempleo, el subempleo, las ocupaciones por cuenta propia y las ocupaciones en relación de dependencia, o las transiciones del sector público al sector privado o viceversa y de la formalidad a la informalidad, se traducen en la pérdida de años de aportes o de antigüedad, y en la pérdida de los fondos acumulados.

LA PÉRDIDA DE LOS APORTES

Si bien existe una norma que permite la portabilidad de los aportes, no se aplica para los múltiples regímenes, por lo que finalmente una parte importante de los trabajadores que aportaron en determinados períodos de su vida laboral terminan sin jubilarse o pierden parte de sus fondos.

La situación afecta más a los jóvenes, quienes transitan entre diferentes condiciones laborales, tanto por la necesidad de conciliar el trabajo y el estudio, como por las transformaciones culturales que inciden en las aspiraciones de estabilidad, muy distintas a las del pasado reciente.

La cada vez mayor extensión del período de estudio o formación y el cambio de trabajo como oportunidad de crecimiento personal conducen a dinámicas laborales menos uniformes o con discontinuidades.

El PNUD concluye que el diseño del sistema en el Paraguay no solo no contribuye a reducir las desigualdades, sino que introduce inequidades que profundizan las brechas y benefician a los sectores de mayores ingresos.