Uno y otro permitieron el manoseo al pueblo

Uno se pasó de foto en foto con la chapa Fernández/Kirchner marketeando presuntos beneficios para el pais. El otro se vendió como amigo de dicha dupla y que eso sería una ventaja para la Nación. Realmente, ni uno ni el otro fueron provechosos para la República. Al contrario, son los responsables del manoseo que hace el gobierno argentino al Paraguay. Esos culpables son Mario Abdo Benitez y Nicanor Duarte Frutos.

La frágil administración del actual presidente permitió este largo despropósito argentino maltratando a la producción nacional con los impuestos de cobro en la Hidrovía. Éste gobierno y su verborrágico actual titular de la Entidad Binacional dejaron que Argentina ya solo transfiera US$ 10.000.000 por mes, en comparación con los US$ 18 a 20 millones que transfería mensualmente.

Ambos, Abdo Benitez y Duarte Frutos, no hicieron nada para renegociar el Anexo C de Yacyretá. Se están despidiendo de sus cargos sin mostrar un gesto de patriotismo para defender los derechos nacionales. Ése citado tema lo mantuvieron bien ocultó por cinco años. Tampoco aportaron mucho para la transparencia de Aña Cua. Finalmente, solo ayudaron a consolidar ese conocido mote de «monumento a la corrupción» sobre el ente Binacional.

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El uno y el otro deben asumir su culpa del mal momento de Yacyreta. Ese «caos financiero» en la Entidad, denunciado por Duarte Frutos oliendo que le sacaban, es la suma de la ineficiencia de Abdo Benítez y el bla, bla, bla de Nicanor. La falta de liderazgo de uno y la angurria del otro dejaron que la dupla Fernández/Kirchner maltrataran al Paraguay de manera altanera, sucia y grosera.

Lo que decimos en éste espacio periodístico son hechos, obviamente con el agregado de la opinión sobre Abdo Benitez y Duarte Frutos. Ambos deben rendir cuentas de sus gestiones y justificar cómo concluyeron sus respectivas declaraciones juradas. Además, que hayan dejado que Argentina manosee los derechos del pueblo paraguayo, merece lo que corresponde dentro de un Estado de derecho, que es mucho más que la simple recriminación u objeto de críticas dentro de un línea editorial.