Un Estado ausente, encima mentiroso y generoso con el dinero del contribuyente 

El Estado está para proteger y ser fiel a los intereses de la mayoría de la sociedad. Tres últimos casos que citamos a continuación ponen en entredicho dicha premisa. Hablamos de datos del Banco Central que afirma que en junio pasado hubo deflación, del INE que dice que bajó la pobreza y otra paga que se hará por culpa de funcionarios públicos. En los dos primeros, el Estado está más cerca de la mentira que la verdad; en el tercero, usa el dinero del contribuyente e ignora la carga económica sobre los responsables.

En los casos citados se tiene un Estado como factor que no es leal con los intereses de la población: Uno, es difícil creer en los datos del Banco Central cuando informa que no hubo inflación en mayo y que en junio se registró una deflación. Dos, cuesta creer al INE indicando que se redujo la pobreza. Tres, duele que el Estado siga dilapidando dinero del pueblo y no haga cargo de sus errores al funcionario responsable.

De hecho, hoy el BCP pasa por un momento de poca credibilidad cuando su mismo presidente, José Cantero Sienra, es acusado de ser juez y parte en un sumario instruido a una financiera del cual fue gerente general. Por otro lado, uno se pregunta por qué gastar tantos millones de dólares para que el Instituto Nacional de Estadísticas venga a pretende instalar que bajó la pobreza. Además, hace ruido en el bolsillo del que tributa que la Corte Interamericana de Derechos Humanos siga aplicando sanciones que paga el Estado y no las personas halladas con culpa.

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Los números del BCP fácilmente pueden ser contrastados con un sondeo en los supermercados hablando con los usuarios. Las estadísticas del INE se pueden poner en duda observando con ojos sensibles la realidad en las calles y recorriendo el Paraguay profundo. En tanto, hay que ver una forma para castigar a quienes cometen abusos desde el poder público y no que el pueblo se haga responsables de los errores personales.

El Estado no puede permitir que a su nombre se falseen datos sobre la canasta familiar o se diga que bajó la pobreza, al ton y son. En ambos casos usan una versión técnica, que por más profesional que sea tiene una colisión directa con el sentir de la ciudadanía. En el ultimo tema de la Corte  Interamericana vemos que los culpables del citado caso estan libres, y con el dinero de la gente se pagará la nueva pena impuesta, que así relatado no suena justo.

En conclusión, hoy tenemos un Estado ausente con miles de ciudadanos carentes en salud, seguridad y educación de calidad, y encima es un Estado mentiroso con los datos, y generoso con el dinero del contribuyente.