A falta de control, azúcar y demás entran al país y la cocaína sale para el mundo

Vaya situación la paraguaya! Mientras la Cámara de Supermercados se molesta por los productos ilegales que ingresan. En el extranjero hay preocupación por las cargas de cocaína que salen del país. En ambos casos hay una responsabilidad de Aduanas. Aunque en el primer caso, la ineptitud es compartida por el órgano anti Contrabando que dirige Emilio Fuster.

En el tema contrabando, la mayor cuota de culpa tiene la Dirección Nacional de Aduanas. A decir verdad, los aduaneros saben quiénes son los contrabandistas. Los tienen en lista. Obvio, que dejan pasar o atajan de acuerdo al nivel de cercanía con quién traslada las mercancías que eluden al fisco. O dependiendo de algún teléfono del poder político.

Ciertamente también hay una cuota de culpa en la Armada Nacional. Pues una de las vías usadas son los ríos. Ya ni hablamos de la unidad AntiContrabando, que bajo el gobierno de Abdo Benitez solo sirvió como una cuota concedida a un sector de la oposición. Fuster se está yendo luego de hacer mucho, muchísimo daño, a la producción local.

Sí en verdad hay intención real de combatir el contrabando, entonces Capasu debe asumir que una cantidad importante de los productos ilegales están en venta en los negocios de sus asociados. Ergo, públicamente expresan su preocupación por el contrabando, pero no reparan ni siquiera un análisis sobre sus socios que igualmente comercializan en sus negocios productos contrabandeados.

En el éxodo hacia Clorinda no solo participa doña Juana. Los contrabandistas operan en grandes container y usan hasta el espacio aéreo. No se puede negar que muchas familias que viven en las áreas de frontera con el vecino país cruzan los límites por la ventaja comercial que ofrece la localidad argentina. Tampoco es posible ocultar que los grandes comerciantes sacan sus ventajas, y no sólo de Clorinda. Sino de otras zonas de éste continente, incluso, de la lejana China.

Un tema que nos compete a nosotros como medio de prensa es reconocer que resulta hasta sucias esas campañas mediáticas para perseguir lo que llaman el «contrabando hormiga», cerrando los ojos ante los empresarios contrabandistas. Así como no se puede ignorar la exportación a gran escala de la cocaína desde Paraguay.

En fin, vaya paradoja, mientras Capasu se queja por las mercaderías que entran de manera ilegal, el mundo hoy observa al Paraguay por la cocaína que sale sin control alguna de las instituciones de control. El primer caso, es un mal que viene de años. El segundo, el de las drogas que no son vistas por Aduana, se potenció bajo la era Abdo Benitez. Las estadísticas así lo indican!