Alevosa complicidad del poder con el tráfico ilícito

No es un invento de La Tribuna. Son hechos. En solo tres años, desde el 2020 hasta hoy, casi 70 toneladas de drogas han sido reexportadas desde Paraguay. Cabe destacar que estas cifras solo representan las drogas detectadas, y se lograron incautar gracias a los esfuerzos de los controles extranjeros. Estimados lectores, ¿se imaginan cuántas cargas más de cocaína habrán salido de nuestro país con la complicidad de la Dirección Nacional de Aduanas?

Es grave que la Nación guaraní sea etiquetada como un territorio narco. Esta situación es dolorosa y afecta a las personas honestas. Sin rodeos, debemos decir que hay un principal culpable: la administración de Mario Abdo Benítez. A continuación, la responsabilidad debe recaer en el nuevo gobierno que asume el 15 de agosto. ¿Qué hará Peña al respecto?

Abdo Benítez tendrá sus defensores, amigos y aduladores. Sin embargo, las estadísticas lo señalan como protagonista debido a su ejercicio de poder y a la alta vulnerabilidad del territorio para el tránsito de drogas. Nos guste o no, hay una combinación en su gobierno de una alta incidencia de ineficiencia y complicidad institucional, como la que se evidencia en la Dirección de Aduanas.

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Mucho se habla de rendición de cuentas y de la necesidad de combatir la impunidad. En cuanto al primer punto, Abdo Benítez debe asumir la responsabilidad por la pobre imagen del país causada por el narcotráfico. En relación al segundo tema, ni siquiera fue capaz de estirar la oreja al director de Aduanas. Él tiene la lapicera para sacarlo de un plumazo, al menos por no ser capaz de saber lo que sucede en su área. Sin embargo, todo se quiere cubrir con el famoso sumario, que se sabe se utiliza en la función pública para ocultar malas conductas internas.

Cualquier observador con un solo ojo sabrá que detrás de este imperio del narcotráfico operan grandes mafias. Este negocio mueve millones de dólares, que les permite comprar cualquier instancia de control si perciben una actitud permisiva, débil o complicidad por parte del poder central.

Es un acto de “autobullyng” decir desde un medio de prensa nacional que el país tiene un rostro narco. A pesar de esta cruda realidad en el corazón guaraní, no podemos ocultar que el negocio narco se ha fortalecido durante la era Abdo Benítez, cuya base operativa radica en la alevosa impunidad del poder que permite que instituciones públicas, como la Dirección de Aduanas, actúen ciegas, sordas y mudas ante el ilícito.