El consultor ganadero uruguayo Miguel González analizó la posibilidad de que Paraguay importe carne para equilibrar precios internos, siguiendo estrategias que ya aplican países como Uruguay, Argentina y Chile.
González explicó que esta práctica consiste en importar carne de países con precios más bajos para destinarla al consumo interno, mientras se exporta la mayor parte de la producción nacional a mercados que pagan más.
“Uruguay importa unas 40.000 toneladas anuales de Brasil y Paraguay, y exporta casi 400.000. Es un 10% que permite que la población de menores recursos acceda a carne vacuna.”
En el caso paraguayo, el especialista señaló que Brasil podría ser una opción viable:
“Hoy hay una diferencia a favor de la carne paraguaya de alrededor del 12% sobre el promedio de la carne exportada por Brasil. Esa brecha podría permitir importar desde allí.”
Sin embargo, importar de Uruguay o Argentina sería difícil, ya que sus precios están por encima de los paraguayos.
“La carne uruguaya está un 20 a 22% más cara que la paraguaya; la argentina, alrededor del 10%.”
González subrayó la importancia de contar con información transparente y frecuente sobre el mercado, destacando el modelo uruguayo:
“En Uruguay, los lunes ya sabemos lo que se faenó y los miércoles lo que se exportó. Eso nos permite planificar y entender si los precios al productor acompañan los precios de exportación.”
En contraste, cuestionó la falta de datos oportunos en Paraguay, lo que —según él— abre espacio para que la industria ajuste los precios a conveniencia.
“En junio, el productor paraguayo recibió 70 centavos menos por kilo canal, pero el precio de exportación seguía en alza. Sin información semanal, el productor no puede defenderse.”
Por último, dejó una reflexión que apunta al verdadero desafío:
“El problema no es que la carne paraguaya sea cara; es que buena parte de la población tiene ingresos muy bajos. Si comparamos con otros países exportadores, la carne paraguaya es más barata.”