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miércoles, 19 de marzo de 2025
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Desarrollarse y prosperar, un desafío para jóvenes paraguayos

Los jóvenes paraguayos enfrentan desafíos significativos en empleo, educación y acceso a oportunidades, según los últimos datos obtenidos por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), realizando una comparativa con los proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), observamos que ambos coinciden en algunos puntos y se complementan para entender un poco la realidad que atraviesa esta población.

Informalidad y desocupación

El INE, bajo la dirección de Iván Ojeda, reporta que, en 2023, el 39.1% de los jóvenes de 15 a 19 años formaba parte de la fuerza laboral, con una tasa de desempleo abierto del 15,9%. Sin embargo, estas cifras varían significativamente entre zonas urbanas y rurales. En áreas rurales, el 59,7% de los hombres jóvenes trabaja, frente a solo el 25,8% de las mujeres.

La desigualdad de género afecta laboralmente y se acentúa en el área rural.

El BID, por su parte, destaca que Paraguay tiene una de las tasas más altas de jóvenes que ni estudian ni trabajan (ninis) en la región, lo que agrava la vulnerabilidad de este grupo. Además, el BID enfatiza que la informalidad laboral afecta a más del 60% de los jóvenes paraguayos, limitando sus oportunidades de desarrollo y acceso a beneficios sociales.

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Acceso limitado a la educación y formación digital

El INE revela que solo el 22,3% de los jóvenes de 15 a 19 años solo estudia, mientras que el 47,6% solo trabaja. Esta situación se agrava en áreas rurales, donde el acceso a la educación es más limitado. Además, el 13% de los jóvenes no estudia ni trabaja, lo que los coloca en una situación de vulnerabilidad extrema.

El BID coincide en que las brechas educativas son un problema crítico, especialmente en zonas rurales. Además, el acceso a internet, clave para la educación y el empleo en la era digital, es significativamente menor en áreas rurales (52,4%) que en urbanas (80,3%), según datos del INE para 2023.

El acceso a internet, sigue siendo un lujo en áreas rurales.

Desigualdad de género, una constante

Ambas fuentes coinciden en que las mujeres jóvenes enfrentan mayores barreras para acceder al empleo y la educación. El INE reporta que, en áreas rurales, solo el 19,7% de las mujeres jóvenes está ocupada, frente al 51,9% de los hombres. El BID también destaca que las responsabilidades familiares, como el cuidado de hijos o hermanos menores, limitan las oportunidades de las mujeres jóvenes.

Economía informal y emprendimiento juvenil

El rol de la economía informal y el emprendimiento juvenil es otro aspecto crítico que merece atención. Según el INE, el 12,7% de los jóvenes ocupados trabaja por cuenta propia, y el 20,8% lo hace como trabajador familiar no remunerado. Estas cifras reflejan una realidad en la que muchos jóvenes recurren al emprendimiento informal por falta de oportunidades. El BID ha destacado que, aunque el emprendimiento puede ser una salida para algunos, la falta de acceso a créditos, capacitación y redes de apoyo limita su potencial.

Muchos jóvenes recurren al emprendimiento informal por falta de oportunidades.

Por otro lado, el impacto de la pandemia de COVID-19 según el BID, exacerbó las desigualdades. Durante los años de confinamiento, muchos jóvenes tuvieron que abandonar sus estudios para ayudar económicamente a sus familias, lo que aumentó la tasa de ninis. El INE ha señalado que, aunque las cifras de empleo juvenil han mejorado desde 2022, aún no se han recuperado los niveles previos a la pandemia, especialmente en áreas rurales.

Políticas públicas: avances, pero con desafíos pendientes

El Director del INE, Iván Ojeda, destacó que existen varias políticas públicas encaradas por el gobierno y que son de público conocimiento, como Tekoporã, las iniciativas de becas gubernamentales (BECAL, Becas Juventud, Becas de Itaipú, Becas del Gobierno de Taiwán), y los programas impulsados por el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), entre otras. Estas iniciativas buscan mejorar las condiciones de vida de los jóvenes, especialmente en áreas como educación, empleo y reducción de la pobreza.

Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, los datos del INE y el BID muestran que persisten brechas significativas, especialmente en zonas rurales y entre las mujeres jóvenes. Esto sugiere que, aunque las políticas públicas son un paso importante, es necesario fortalecer su alcance y eficacia para garantizar que lleguen a quienes más lo necesitan.

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