A recuperar el orgullo de ser paraguayo y de ser la Nación guaraní grande y poderosa

Somos parte de una Nación con una historia rica y heroica. Guste o no, desde la política se protege o destruye una República. La Tribuna, cuando nació en 1925, tenía clara su misión desde la prensa. Hoy, tras nuestra reapertura el pasado 21 de septiembre, sostenemos la visión de que, como país, vamos a volver por la senda de la autoestima y a recuperar el orgullo de ser paraguayo.

Esperamos que, oficialmente, se pueda iniciar la nueva era desde el próximo 15 de agosto, con la asunción del nuevo gobierno. Ojalá que para esa fecha también se geste una genuina oposición. Hacemos la carga de presión en la política, porque por dicha vía se debe garantizar condiciones para una mejora de la calidad de vida y porque, finalmente, es el poder dentro del Estado el que administra el dinero público, que sí o sí precisa del monitoreo objetivo de los que fungen como oposición.

Es necesario que haya un Gobierno que tome decisiones, que tenga autonomía y gobierne para la mayoría de la población. Es urgente la construcción de una oposición previsible, creíble y confiable, que tenga una agenda propia a favor de la mayoría, y sobre una hoja de ruta democrática controle a la autoridad de turno, cuidando, siempre, el interés general.

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Observando desapasionadamente, aún así a riesgo de equivocarnos, decimos que no existe esa oposición responsable, que desarrolla su acción por encima de las meras competencias electorales y pugnas entre egos infantiles y personales. A eso debemos agregar que solo tenemos, por ahora, un Gobierno que únicamente «gobierna» para su grupo y entorno.

Sin ser carta blanca, damos todo el crédito al electo presidente Santiago Peña. Él está obligado a reivindicar la palabra Gobierno, gobernando con liderazgo a favor de Paraguay. Nos ilusionamos en que quienes no están con el oficialismo gubernamental, empiecen aceptando errores, y pueda haber espacios para nuevos pensamientos y conductas dentro de la oposición. Esto es también crucial.

No habrá nunca una democracia exitosa si no hay Gobierno que administre con eficiencia, y si no existe una oposición que haga oposición constructiva en pro de la República. La Tribuna recuerda a sus lectores y seguidores que Paraguay basa su historia sobre el coraje y la independencia; y que recuperando la autoestima, la Nación guaraní está llamada a ser de nuevo grande y poderosa.