Brújula deportiva: Se suceden los lauros polideportivos internacionales

Mientras en el futbol seguimos lamentándonos de no poder acceder desde hace trece años a una final de copa del mundo y no se vuelven a registrar resultados ni a nivel de seleccionados como de clubes de mayores y formativas que hemos sabido degustar, los mal llamados deportes menores siguen proporcionándonos alegrias mayores.

El equipo nacional de balonmano femenino, dirigido por Wilson Alfonso alcanzó en Mendoza, Argentina el título de bicampeón de la categoría sub 14. Estefanía Genes, Alejandra Cáceres, Verónica Recalde, Annabella Servín, Carmen López, Sofía Genes, Sofía Barboza, Leticia Vargas, Verónica Fanego, Victoria O’Durnin, Naomi Cano, Valentina Riveros, Ariana Brisco, Abigaíl Cazal, Giuliana Colman y la capitana de equipo, Giovanna Lucero regresaron con las medallas que les acreditan la calidad de campeonas, una vez más.

Son las paradojas del deporte paraguayo. Cuanto se invierte y cuanto apoyo logístico se brinda a un deporte, que ciertamente lo merece por ser el predilecto de la afición y porque supo darnos igualmente alegrías mayúsculas. Pero que injusto es que se deje de lado y migajas apenas se extienden a otras dignas representaciones polideportivas guaraníes, que ponen en lo más alto de los podios el nombre de Paraguay, prácticamente desaparecido en esos sitiales en el futbol en los últimos tiempos.

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Y la dirigencia balompédica no cesa en sus empeños. Ahora incluso, sin entrar a la cancha a jugar, concretó un merecimiento que los que calzan botines no nos supieron brindar después de Sudáfrica 2010: una clasificación mundialista. Porque más allá de la renovada fe que se ha depositada en la actual selección que no empezó de la mejor manera deseada el camino hacia EEUU, Mexico-Canadá 2026, con la llegada del equipo técnico de Daniel Garnero, ya tenemos asegurada la clasificación para el mundial del Centenario, que se realizará en seis naciones de tres continentes en 2030.

Da tranquilidad apreciar que talento no falta. Que Paraguay sigue siendo una cantera de gran producción de deportistas, especialmente en las disciplinas polideportivas. Se vio también este fin de semana en la natación, con la lluvia torrencial de medallas que conquistaron los delfines y las ondinas de nuestro país, al conquistar nuevamente y por segunda vez consecutiva, al igual que las jovenes handbolistas lo hicieron en su disciplina, la edición 31 del certamen «Promesas del Cono Sur» que se celebró en el CAN.

Sucesos como estos se han venido registrando todo el año. Y lo triste es que muchas veces hasta pasan casi desapercibidos en la justa valoración que merecen.

Ojalá que el futbol llegue aunque sea por contagio a alcanzar o al menos acercarse también a estos logros, aunque como un burdo refrán reza, «Dios da pan a quien no tiene dientes».