Corría el año 1958 cuando en Puerto Pinasco, en el Chaco Paraguayo, surgía a iniciativa de un verdadero prócer de la civilidad paraguaya, el doctor Artemio Bracho, la Semana Mundial de la Amistad y a consecuencia de ella el Día Mundial de la Amistad, un legado del corazón de América a la humanidad.
Hoy se festeja esta grata fecha, como se hacía exactamente medio siglo atrás, cuando se produjo un lamentable episodio en la historia de nuestro futbol a nivel internacional que quedó totalmente de contramano con tan significativa celebración. Como la vieja frase indica, «el hombre propone, Dios dispone y el diablo descompone».
Aquel 30 de julio de 1975, por la Copa América, en el estadio de los Defensores del Chaco (que el año anterior había inaugurado este nombre a propuesta del entonces presidente de la Liga, Humberto Dominguez Dibb), se vivió una obscura noche con graves incidentes y la primera derrota de la albirroja a manos de Colombia jugado en casa, de local, en toda la historia.
En los ultimos minutos de la primera etapa, José Ernesto Diaz (quien también fue nuestro «verdugo» en el juego de ida que terminó 1 a 0) anotó la apertura para el cuadro cafetero al que el ex futbolista y entrenador Efrain «Caimán» Sanchez llebó hasta la misma final sudamericana que perdió ante Perú en fianlisima celebrada en Caracas.
Llegando a los 43 miuntos, quedar en desventaja impactó en el ánimo de nuestros jugadores. La situación no fue asimilada por los albirrojos que impotentes ante el marcador adverso, abrumados por la superioridad expuesta por el visitante, magistralmente encaminados por el genial Willington Ortiz y nerviosos por fallos arbitrales que consideraban adversos, reaccionaron con violencia y se produjeron inicdentes de proporciones. Para agravar más la situación entró la policía y se mezcló en el lío y dando golpes a los visitantes. El juez brasileño Arnaldo César Coelho dispuso suspender el juego.
La CONMEBOL luego dispuso que ya no se reanude el partido y otorgó los puntos a Colombia.
Paradójicamente, en plena celebración del Dia Mundial de la Amistad, aquella triste noche, más que dejar un histórico invicto ante el cuadro visitante, llegamos al colmo de tener que suspender ese juego con la selección representativa de uno de los paises de Sudamérica que más muestras de amistad ha demostrado a o largo de la historia y el que tuvo el más recordado gesto de solidaridad ante el casi exterminio de nuestra población despues de la guerra de la triple alianza, cuando su Congreso abrió las puertas del pais para que todo paraguayo que quisiera obtuviera inmediatamente la nacionalidad colombiana.
Muy pronto olvidamos aquel otro gesto de simpatía manifestado hacia nuestro pueblo, en un torneo Juventud de América que en 1967, que tuvo la selección Colombia al debutar en el torneo en cancha de Cerro Porteño, en el Viejo estadio Adriano Irala, desplegando un gran cartel mostrado a los cuatro costados del campo de juego, en el que perfectamente se podía leer este cálido mensaje: «Compatriotas paraguayos, Salud!».