Desde aquel alumbramiento impresionante de «Háblame» en 2022, los hermanos Michael y Danny Philippou elevaron el terror en Australia a niveles estratosféricos.
En 2025 regresan con “Haz que regrese”, una obra que amplía el repertorio emocional y narrativo con un enfoque profundamente inquietante.

La historia estalla en tragedia desde el primer fotograma: los hermanos Andy (Billy Barrett) y Piper (Sora Wong), huérfanos de un padre fallecido en la ducha, se enfrentan a un destino abrupto bajo las decisiones de servicios sociales.
Su llegada al hogar de Laura (Sally Hawkins) —una especie de «amiga hippie» de mamá, con una sonrisa engañosamente amable— encierra una manipulación psicológica tortuosa.
Bajo su cuidado, Piper se convierte en un reemplazo idealizado (y peligrosamente literal) de la hija biológica fallecida de Laura.
No están solos: Ollie (Jonah Wren Phillips), un niño de mirada vidriosa, silencio selectivo y heridas inexplicables, emerge como una presencia que desequilibra aún más el relato.
La sangre y el gore, ejecutados con precisión quirúrgica por Make-up Effects Group y Larry Van Duynhoven, desafían al espectador: realistas, perturbadores, pero sin caer en el morbo gratuito.
Lo que en apariencia podría ser puro horror visceral se convierte en reflexión sobre el duelo, la manipulación y los límites morales que se cruzan para rescatar lo perdido.
Barrett —con un Emmy internacional en su repertorio— encarna la fragilidad adolescente inmersa en rabia y responsabilidad.
Sus gestos contrastan con su uso de la fuerza física y mentiras paternalistas como refugio para su hermana.
Wong aporta vulnerabilidad y coraje, emergiendo como un personaje que conquista la empatía. Hawkins, avanza desde la vehemencia maternal hasta la picardía manipuladora, dando una actuación que debería atrapar atención en premios.
El rol más perturbador es Ollie con presencia física imposible de ignorar y una fuerza visual que encapsula el terror en estado puro.
Los Philippou despliegan su humor Aussie y referencias pop con astucia, toques irresistibles que alivian —y al mismo tiempo intensifican— la tensión general. En la escritura de Danny Philippou y Bill Hinzman hay un equilibrio constante entre lo cíclico y lo inesperado.
El relato se repliega sobre sí mismo con constelaciones visuales y sonoras que invitan a la discusión post-visionado. Y aun con todo ese abatimiento, el film concede una salida que evita quedar en mero espectáculo doloroso.
Así, no solo confirma que el futuro del horror australiano es deslumbrante, sino que está cargado de capas emocionales tan densas como el mismo miedo.
El panorama en taquilla: Together y Weapons
El estreno de “Haz que regrese” se inscribe en un momento particularmente fértil para el cine de género. Mientras los Philippou reafirman la fuerza del horror australiano, otros lanzamientos recientes ofrecen un contraste interesante.
Together protagonizado por Dave Franco y Alison Brie, apuesta por la rareza: un retrato grotesco y a la vez íntimo de la vida en pareja.
Su combinación de comedia negra y atmósfera inquietante le vale buenas críticas y una taquilla cercana a los 22 millones de dólares en todo el mundo.
En el otro extremo está Weapons – Actualmente en cartelera como “La hora de la desaparición” – dirigida por Zach Cregger, que irrumpió como uno de los fenómenos de 2025.
Con un arranque de más de 42 millones de dólares en Estados Unidos y más de 160 millones globales en apenas dos semanas, se consolida como un verdadero éxito comercial.
Su narrativa no lineal impulsan un boca a boca que la sitúa entre los títulos de terror más rentables del año.