Con una mezcla de ingenio, tecnología y estrategia militar, Ucrania lanzó la «Operación Telaraña«, un inédito operativo con drones contra instalaciones clave de la aviación rusa, impactando a las Fuerzas Aeroespaciales del Kremlin.
Aunque las autoridades ucranianas aseguran que los daños alcanzan aproximadamente 7.000 millones de dólares, fuentes independientes aún no han confirmado esta cifra. Sin embargo, el alcance simbólico y operativo del ataque es indiscutible, según confirma la agencia británica BBC.
Esta operación es considerada uno de sus mayores logros desde la invasión rusa a gran escala en 2022. En el mismo nivel de resonancia que el hundimiento del Moskva y el ataque al puente de Kerch, este nuevo episodio vuelve a colocar a Ucrania en el centro de la narrativa bélica, tanto por su audacia como por su capacidad tecnológica.
18 meses de inteligencia ucraniana
De acuerdo con información filtrada por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), el operativo requirió 18 meses de planificación secreta. Decenas de drones ingresaron camuflados en camiones a territorio ruso y los operadores los lanzaron remotamente contra bases aéreas situadas a miles de kilómetros de la frontera.
Las joyas de la aviación rusa en jaque
La operación logró impactar al menos 40 de los 120 bombarderos estratégicos rusos con capacidad para ataques de largo alcance, según estimaciones de expertos. Los daños representan un golpe considerable a la aviación militar de Moscú.
Entre los aviones impactados figuran los modelos Tu-95, Tu-22 y Tu-160, todos ya fuera de producción. Esto dificulta su reparación y hace inviable su reemplazo. La pérdida de los Tu-160, con capacidad supersónica, representa un revés significativo.
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Ucrania acusa a EE.UU. de falta de apoyo real en la guerra
Un funcionario del gobierno ucraniano, citado por la BBC, expresó su frustración ante lo que considera una actitud resignada por parte de Washington, afirmando que Estados Unidos adoptó una posición inflexible en las negociaciones, enfocada en imponer condiciones sin espacio para el consenso.
En las redes sociales, la reacción fue igual de potente. Una revista de Ucrania celebró la operación, mientras que otros periodistas ucranianos destacaron que aún hay margen para la resistencia y que el país no se entregará sin pelear.
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