Itaipú: Más que energía, una puerta hacia la industrialización

Nuestro medio tuvo acceso a la catedrática Cristine Folch, quien comentó sobre la revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú. Ella ha hablado acerca de una oportunidad para Paraguay de lograr la industrialización y, como consecuencia, un crecimiento económico de relevancia.

En un enfoque que va más allá de las cuestiones políticas y las barreras que implica el contexto gubernamental, Cristine realiza un análisis sumamente interesante. Sugiere centrar la discusión en la energía, en el producto de la empresa binacional. En efecto, la electricidad debe ser el punto focal de las negociaciones, ya que de ella podría derivar el desarrollo productivo de Paraguay.

Por lo tanto, Paraguay debe liberarse del yugo político, de aquello que es netamente interestatal, y hacer hincapié en su capacidad para generar industria. Esto, a su vez, generará empleo, riqueza y bienestar en el país. Las negociaciones que comienzan el próximo mes deben brindar oportunidades para nuestra nación, incluso más allá de los límites de Itaipú. La idea debería ser llevar el diálogo a un nivel superior, que contemple todo el entorno socioeconómico de Paraguay. La industrialización del país debe ser una prioridad, y abandonar la posición de ser exclusivamente un productor de materias primas debe ser el resultado. Folch recalca la capacidad de Paraguay y la posibilidad de lograrlo, ya que tiene acceso a fuentes renovables de energía.

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Como hemos estado sosteniendo, Paraguay debe hacer valer su condición de socio igualitario en la hidroeléctrica más grande del mundo en cuanto a generación de energía se refiere. Equilibrar la balanza para igualar las condiciones de distribución y pagos será fundamental. Pero para lograr esto, nuestro país debe tener la infraestructura necesaria para utilizar la energía; aquí es donde entra en juego la industrialización. Debemos aumentar la productividad al punto de utilizar el 100% de la energía que nos corresponde. Aunque no sea una tarea fácil ni una meta a corto plazo, este trabajo debe comenzar hoy.

Es el momento de que Paraguay salga de la zona de confort en la que se encuentra. Es el momento de pensar en Itaipú no solo como una fuente de ingresos mediante la venta de energía a Brasil, sino como una herramienta para la creación de industrias. Es hora de abandonar el sistema adoptado desde siempre y ver la hidroeléctrica como una fuente inagotable de fuerza productiva.

Romper con este paradigma es necesario. Ya no basta con generar dinero de manera directa. Además de haber cedido la energía a un precio módico, la venta ha sido inútil para Paraguay. La historia sería diferente si utilizáramos los recursos de Itaipú para impulsar un desarrollo real, que se logra mediante la instalación de fábricas, la manufactura y la creación de productos nacionales que llevarían nuestro sello y beneficiarían mucho más a los paraguayos.

Hoy tenemos la oportunidad de ver un Paraguay diferente a corto plazo, uno que no se limita a subastar su producción energética, sino que está dispuesto a asumir el riesgo de utilizar sus recursos para generar industrias. Un Paraguay futurista es posible y depende de la colaboración de todos aquellos que lo anhelamos.