Un informe exclusivo revelado por el medio brasileño G1 GloboNews confirma que Paraguay es el país con mayor presencia del grupo criminal Primer Comando da Capital (PCC) fuera de Brasil.
El documento, elaborado por el Ministerio Público del Estado de São Paulo, mapea la expansión internacional de la organización, actualmente establecida en al menos 28 países y activa en el tráfico de drogas, armas y lavado de dinero.
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Paraguay, punto estratégico para el PCC
Según el informe, el 33,64% de los integrantes del PCC que operan fuera de Brasil se encuentran en Paraguay, cifra que supera a la de otros países sudamericanos como Venezuela (31,57%), Bolivia (7,03%) y Uruguay (6,74%).
Paraguay comparte una extensa frontera con Brasil, lo que facilita el tráfico transfronterizo de drogas y armas. Además, la infiltración del PCC en cárceles paraguayas ya generó conflictos violentos.
Uno de los episodios más graves ocurrió en 2019, cuando una revuelta en la penitenciaría de San Pedro, atribuida a miembros del grupo, dejó diez reclusos muertos y doce heridos.
Expansión internacional con origen carcelario
El PCC, según datos internacionales, nació en 1993 en la Casa de Custodia de Taubaté, São Paulo, tras la Masacre de Carandiru de 1992. Desde entonces, desarrolló una estructura disciplinada y jerárquica, consolidándose en 24 estados brasileños y expandiéndose internacionalmente.
Su base ideológica y organizativa se centra en el sistema penitenciario, donde recluta nuevos miembros y consolida su dominio.
En el extranjero, la organización replica su estructura interna, con divisiones específicas para el narcotráfico, el manejo financiero y la coordinación carcelaria. Esta capacidad de reproducción operativa permite al PCC asentarse en nuevos países y operar con independencia de otras mafias regionales.
Infiltración en cárceles paraguayas
Las autoridades brasileñas destacan la capacidad del PCC para infiltrarse en sistemas penitenciarios extranjeros, donde encuentra un ambiente favorable para consolidar su poder. La investigadora Camila Nunes, citada por G1 Globo, advirtió que la violencia en cárceles paraguayas, aumentó desde la llegada del PCC.
El mapeo del Ministerio Público de São Paulo confirma que el PCC opera en al menos 28 países y se consolidó en cuatro continentes.
Su expansión está impulsada por sectores internos denominados “Sintonia dos Estados” y “Sintonia dos País”, encargados de monitorear y coordinar las operaciones fuera de São Paulo y del Brasil.
El fiscal Lincoln Gakiya, una de las autoridades brasileñas que más investiga al grupo, advirtió que el PCC está reproduciendo en Europa la misma estructura que consolidó en Paraguay.
“Esto comenzó en Paraguay, luego en Argentina y Chile, y ahora en Portugal”, explicó, señalando que ya hay portugueses reclutados por la organización.
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La respuesta paraguaya: transformación del sistema penitenciario
Frente a este escenario, Paraguay presentó su Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria durante el encuentro anual del programa de cooperación de la Unión Europea EL PAcCTO 2.0, celebrado en Europa.
El ministro de Justicia, Rodrigo Nicora, afirmó que el país está impulsando una transformación estructural del sistema carcelario para recuperar el control institucional y frenar el avance del crimen organizado.
- Capital humano profesionalizado: Todos los nuevos agentes penitenciarios ingresan por concurso público y deben cursar una Tecnicatura Superior en Atención Penitenciaria, con el objetivo de elevar el estándar ético y técnico del personal.
- Coordinación interinstitucional eficaz: Operativos conjuntos como Veneratio y Joapy lograron desarticular estructuras criminales operativas desde cárceles paraguayas y expulsar a líderes del PCC, en cooperación con fuerzas de Brasil.
- Tecnología e infraestructura de vanguardia: Se construyeron tres nuevas penitenciarías de máxima seguridad, dotadas con reconocimiento facial, sensores sísmicos y protocolos modernos de control interno.
Nicora subrayó además la necesidad de reducir la alta tasa de prisión preventiva, que actualmente afecta al 70% de las personas privadas de libertad en Paraguay.
Esta situación, según él, sobrecarga el sistema y crea condiciones favorables para que organizaciones criminales como el PCC recluten, operen y se fortalezcan dentro de los penales.
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