Mañana lunes, día 23 de junio, se celebra en todo el mundo el Dia Olimpico. Los diferentes comités nacionales organizan los más variados eventos conmemoraativos, con la finalidad de resaltar las bondades de la filosofía olímpica y su gran aporte a la hermandad de los pueblos en todo el orbe, sin distinción de credos políticos o religiosos, sin importar las razas ni factor alguno que pueda separar a los pueblos y a los habitantes de la Tierra.
Paraguay se integró a este benemérito movimiento de la manera más insólita y anecdótica. Primero, en 1948, cuando llegó la invitación para concurrir a los juegos de Londres, los primeros después de la segunda guerra mundial, era tal el desconocimiento sobre la materia que habia en nuestro pais, que nadie se mostró interesado en concurrir a la cita.
El comité organizador en su afán por realizar los mejores juegos de la historia, superado el gran conflicto bélico que involucró a las más importantes naciones durante un lustro, no escatimó esfuerzos para entre otros hitos que pretendía marcar, conseguir que fueran a competir la mayor cantidad de paises. Y Paraguay estuvo y se le allanaron todas las dificultades, pese a que aún ni siquiera estaba fundado el Comité Olimpico nacional.
A falta de atletas fue el Trio Olimpico, integrado por Eladio «El Grande» Martinez, Emigdio Ayala Baez y Albino Quiñonez, el que participó de la cita olimpica cultural y artistica paralela y de este modo se convirtió en la primera aparición de nuestro pais en el marco de unos juegos, aunque no fue a nivel deportivo propiamente hablando sino gracias a otra de las nobles actividades que nos identifican: la música.
Pasaron veinte años más hasta que se dio la primera intervención netamente competitiva con el esgrimista Rodolfo Alfredo Da Ponte, en otro histórico aniversario del descubrimiento de América, un día 12 de octubre.
La atleta local, Enriqueta Basilio, fue la deportista que tuvo el insigne honor de ser la que encendiera el pebetero en el estadio Olimpico de la ciudad universitaria de México. Entre los competidores que participaron de la ceremonia, aquel lejano dia de 1968, estaba una mini representación paraguaya integrada por un solo atleta competidor: Rodolfo Alfredo Da Ponte, esgrimista, quien llegó sobre la hora del evento y pudo desfilar junto a su padre y entrenador, homónimo del esgrimista.
Rodolfo Da Ponte, primer atleta olimpico, condecorado por el titular del COP, Camilo Perez
Cuando Da Ponte mostró un documento que lo acreditaaba expedido por el Consejo Nacional de Cultura Fisica (equivalente a la hoy Secretaría Nacional de Deportes), estuvo a punto de quedar afuera porque no era un ente estatal el que debia avalar su inscripción sino un comité olímpico (que por cierto no habia en el pais).
Se solucionó el problema con una nueva hoja membratada en la que debajo del nombre oficial de la institución nacional rectora única del deporte en aquel tiempo, se agregó la palabra Comité Olímpico Paraguayo. El comité organizador mexicano flexibilizó las exigencias y el COI hizo la vista gorda con el compromiso para quienes nos representaron aquella vez de instar y propiciar la creación de una entidad olímpica en el Paraguay a su regreso.
Así lo hicieron y el 11 de agosto de 1970, casi dos años despues de la primera presencia guaraní en unos juegos, en la sede de la Confederación Paraguaya de Basquetbol, el histórico estadio Comuneros, nació el COP, que allí tambien tuvo su primera casa prestada.
Por eso el loable gesto que hoy la institución olímpica nacional ha tenido hacia el baloncesto, caido en desgracia por el lamentable episodio archi conocido de la injusta expropiación de su edificio sede, incluído su estadio, albergando en su Parque de Luque a la afiliada que fue su cuna en momentos de su más que anecdótico genesis.
