La Televisión nacional encuentra nuevas estrellas

HABÍA UNA VEZ (II): Por: Óscar Martínez Pérez

La incursión en la televisión nacional marca un nuevo derrotero a los artistas nacionales. El Canal 9 TV “CERRO CORÁ” abre sus puertas a artistas de la talla de Jacinto Herrera, triunfador en el cine y la televisión argentinos, Matías Ferreira Díaz, Ernesto Báez, locutores y animadores como Miguel Ángel Rodríguez, Susana Ibáñez Rojas, Héctor Velázquez, Edith Victoria.

Los primeros programas en vivo se transmitían desde uno de los últimos pisos del edificio del IPS, ubicado en Constitución y Herrera. “MARTEL Y LA JUVENTUD” se llamaba aquel programa que presentaba a los BLUE CAPS en el novedoso medio de la televisión paraguaya, cuya historia también recoge a este grupo musical como un hito de la música juvenil.  

Una de las primeras fiestas de las que uno recuerda es aquella que se realizó en un Colegio que quedaba en la Calle Rca. Dominicana y Concordia, en una esquina. Quien escribe estas líneas tuvo que dejar el show a la mitad porque no podía llegar a la casa más allá de las 22:00 hs.

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Después, la nueva conformación con el ingreso de Rudy Heyn (junior) que venía de triunfar en un precoz grupo de chicos llamado la “BABY JAZZ”. Panchi López Moreira que primeramente tocó batería dada la salida temporal de Oscar (Martínez Pérez). Luego, de un día para otro, tocó el bajo con una habilidad magistral, el cual sería su instrumento hasta hoy, que lo sigue ejecutando en los grupos musicales que integra (“LA MUSICA QUE NOS GUSTA”).

Carlitos Gómez Solalinde (Charly) segunda guitarra y voz, una revelación ya que incorpora el gusto por los temas musicales que podríamos denominar no convencionales como aquellos de The Animals, Roling Stones, y tantos otros.

Rolando Percy que le da presencia y voz al grupo que se arma definitivamente con estos integrantes, por supuesto siempre bajo la dirección y guía de ANIBAL RIVEROS. Varios de ellos provenían de los grupos musicales de colegios (Oscar, Charly, Panchi). Otros como Anibal, Rolando y Rudy han hecho su “pretemporada” en otras agrupaciones, pero de igual manera entre todos, conformaron un grupo homogéneo que permitió que las cosas salieran como si hubieran sido elegidos para dar forma a uno de los grupos más importantes de la música juvenil de los años sesenta en el Paraguay.-

Eran los años en que se tocaba lo que hoy llaman “covers” es decir aquellos temas que sonaban en las radioemisoras y que los conjuntos nacionales los tenían que presentar al público paraguayo como una fiel copia, casi al carbónico, porque de lo contrario no “pegaban”.

Los arreglos propios, aquellos que eran el orgullo de las orquestas antiguas, pasaron al olvido. “Los Gatos”, “los Iracundos”, los artistas del “El Club del Clan”, Roberto Carlos, Sandro, “Los Shakers”, aquellos magníficos músicos uruguayos, “Los Buhos”, algunas músicas del trópico de los “Wawancó”, “La Charanga del Caribe”, eran el repertorio obligado de las orquestas juveniles, y “LOS BLUE CAPS” no eran la excepción.

Entonces los clubes de la capital y del interior, se disputaban la contratación de las orquestas, entre las que por supuesto, LOS BLUE CAPS eran las predilectas de los jóvenes.

El calendario de fiestas estaba completo casi a la mitad de cada año. Pero entre todos los clubes el “CLUB DEPORTIVO DE PUERTO SAJONIA” fue la base operativa del grupo musical.

En realidad esta institución social fue la que dio cabida a los BLUE CAPS y propició el reconocimiento del gran público hacia el grupo. La historia comienza con una gestión particular del padre de uno de los integrantes (Oscar), el Dr. Augusto V. Martínez Pérez,  a la sazón miembro de la Directiva del Club que habló con Tito Arriola, también directivo del Dpto. de Fiestas del Sajonia.

La magia se produjo a la primera entrevista y, una presentación del grupo que tuvo así su oportunidad de obtener el pase para que las fiestas importantes y cócteles de fin de semana le permitieran encontrar el gusto de la gente joven. Tito Arriola sería luego el mismo que le dio la oportunidad para presentarse al gran mundo musical del Rio de la Plata, mediante sus contactos con importantes promotores y sellos de la Argentina, principalmente.

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